Sergio Martínez Verdugo

En febrero de 2003 hice las práticas de la carrera como becario en Bodegas Lustau. A partir de ahí fui haciéndome poco a poco un hueco en la bodega.

Siempre me había gustado el mundo de las bodegas, pero desde que comencé en Lustau, sentí cómo me atrapaba día a día este mundo.

En líneas generales, de todos por igual, pero quizás sienta algo especial por los vinos de crianza biológica, por el mayor mimo y cuidado que requieren.

Me encantan los Amontillados. Los matices que les otorga la doble crianza los hace únicos. Son vinos muy elegantes y, lo mejor de todo, ¡es que no hay dos iguales! La doble crianza, los años de vejez, la forma en que se pierde el velo de flor, los tiempos de cada una de las crianzas, la ciudad donde se crían...les otorga personalidad a cada uno de ellos. Para mí, es el estilo más completo y complejo de todos los vinos de Jerez.

Los vinos de Jerez son tan versatiles que para cada plato hay un vino que le va bien. A mí me encanta tomar una copa de Amontillado viejo con queso curado antes de la cena.

Sin duda por la versatilidad que tienen. De una misma materia prima (Palomino Fino) obtenemos una gran variedad de aromas, sabores, colores,... y todo ello gracias a las peculiaridades únicas del Triángulo de Jerez.

Los vinos del Marco de Jerez son únicos e inimitables, algo que solo nosotros, y quizás Champagne, puede decir.

Nuestro objetivo es mantener la filosofía de Lustau: un gran compromiso con la calidad, buscando y seleccionando entre las joyas que atesora nuestra bodega, lanzando nuevos productos que representen el estilo Lustau que nuestros consumidores y clientes demandan.
Un ejemplo sería la gama Single Cask que presentamos el pasado mes de marzo. Son vinos únicos y muy especiales, que han adquirido personalidades y características y que dificilmente volverán a repetirse. La gama está compuesta por verdaderas joyas enológicas, no solo por sus características y vejez, si no también por su escasez y condiciones en las que han sido criados.

El vino de Jerez, poco a poco, va remontando y los números son mejores año tras año. Esto es gracias a la apuesta por los vinos de calidad frente a la cantidad de hace unas décadas. ese es el camino por el que debemos seguir avanzando. 

Mi abuelo siempre ha tenido viñas en Chiclana y el mundo del vino siempre ha estado muy presente en mi vida. Recuerdo los paseos en burro que daba con mi abuelo para ir desde casa a la viña para pasar el día entero allí con la familia. él diariamente se tomaba una copa de fino en la comida. los mayores sí que sabían...