Ignacio Lozano

Me incorporé al Departamento Técnico de Osborne en el año 1986. Desde entonces , y desde distintas responsabilidades, estoy en contacto con los vinos de Jerez.

Inicialmente, fue la crianza biológica y sus grandes interrogantes la que me cautivó. Tras varios años de estudios e investigaciones, di el paso a los otros vinos.

Es muy difícil decantarse. A lo largo de todos estos años, tras largar charlas entre las andanas de la bodega con los viejos del lugar (familia Osborne , capataces y operarios), he podido llegar a entender   el origen , complejidad y singularidad que cada uno de ellos tiene. Como personajes que son de la historia de Osborne, , cada uno de ellos tiene su propia historia, bien sea en la viña ,así como en las propias soleras y cascos de bodegas. En cualquier caso, tenemos por ejemplo, un fino Coquinero muy especial, del que hemos sabido mantener su singularidad. Por otro lado, estamos muy orgullosos de nuestras viejas soleras de vinos Rare Sherry, siendo algunos de ellos tipo Medium, muy difíciles de encontrar.

Los indicados anteriormente, aunque, como ya dije, cada uno de ellos tiene su propia e inigualable historia.

Difícil decantarse. Es una experiencia inolvidable maridar los distintos tipos de Jerez con los distintos cortes de un jamón 5J.

Como diría un pintor, “la paleta de colores”. No existe en el mundo una gama tan amplia de vinos elaborados a partir de un solo tipo de uva, la Palomino. Si a esto unimos el aporte de Pedro Ximénez y Moscatel, las posibilidades son infinitas.  Y por último, con nuestros tipos y sistemas de crianza , la complejidad se multiplica.

Veo el futuro del vino de Jerez en una doble vertiente: La primera es la puesta en valor de las joyas enológicas que tenemos en nuestras bodegas. Estamos en continuo estudio y renovación de nuestras marcas y presentaciones actuales para adecuarlas a los clientes y conocedores más exquisitos y, por otra parte, estamos “sacando de la bodega” algunos tipos de vinos que todavía no comercializamos. Por otro lado, tenemos que “reeducar“ al consumidor tradicional del Jerez y atraer a la juventud al disfrute de nuestros vinos.

Tengo recuerdos de niño, viendo a mi abuelo ir todos los días a la bodega en la que era Gerente. Y no olvidaré nunca, cuando iba andando al colegio, esos olores a vino que siempre había en la calle e inundaban Jerez.